miércoles, 17 de diciembre de 2008

BERSERK: Gore, el destino y hojas de manga

Por sorpresa, como esta entrada, me pilló este manga. En latercera página de su primer volumen, un hombre tenía su brazo-cañón metido en la boca de la que, hasta ese momento, había sido su amante, ahora transformada en un demonio más grande que él. Como para soltarlo.
Y desde ahí no hace más que mejorar: en lugar del cliché oh-Dios-mío-soy-el-elegido-para-salvar-el-mundo-con-mi-poder-interior-aunque-parezco-normal-por-fuera para que niñatos atontados y onanistas compulsivos de nula capacidad social y graves problemas de acné, alimentación e higiene se sientan identificados y se lancen a por su "obra" con billetes en la boca, Kentaro Miura nos ofrece a alguien cuya única habilidad es la de sobrevivir ante las más absurdas probabilidades, y cuya única misión es la de oponerse a su destino: convertirse en sacrificio. Me explico:
El manga narra la historia de Guts (Gattsu si te pones purista), desde que es encontrado recién nacido bajo el cadáver de su ahorcada madre por la mujer de un mercenario. Poco tiempo después esta sucumbe a una enfermedad, quedando el chico a cargo de su marido, que lo odia y lo culpa del fallecimiento de su amada.
A temprana edad es obligado a ganarse la vida trabajando con su padrastro de mercenario, es violado con consentimiento de éste (a cambio de tres monedas de plata); y más tarde se ve obligado a matarlo defendiéndose de él.
Esto, obviamente, le obliga a abandonar al grupo de mercenarios con los que vivía; y vaga por ahí de batalla en batalla hasta que en una llama la atención de Griffith, el líder de la Banda de los Halcones. Descrito por sus compañeros como un ser excepcional a todos los niveles, Griffith ve un gran potencial en Guts, y lo recluta.
Las cosas le van bien a Guts con los Halcones, incluso se enamora de la segunda al mando, Casca, pero siente que con ellos su lugar estará siempre detrás de Griffith, y descontento con el que sería su destino decide abandonarlos pese a la oposición de éste.
Mientras Guts viaja solo, Griffith continúa con la banda su búsqueda de poder, que culmina con la seducción de una joven princesa destinada a heredar todo lo que Griffith podía desear... pero su padre tenía otros planes para ella... Por la osadía de "abusar" de la chica, es encerrado en un calabozo para ser torturado de formas peores de lo que se le puedan ocurrir a una persona cuerda. La banda, sin líder, recurre a Guts para que les ayude a encontrarlo. Pasa un año. Mientras Guts crea una relación con Casca y se convierte en una especie de nuevo líder de los Halcones, Griffith pasa un año de torturas enfermizas que lo dejan como una sombra de lo que fue. Sin lengua, con tendones, nervios y trozos de carne cortados y arrancados; no puede hablar, ni siquiera mantenerse en pie.
Durante la huía del ejército del padre de la princesa, le llega su oportunidad. Utilizando un () hace un pacto para unirse a la mano del diablo y conseguir más poder del que jamás podría obtener como humano, sería prácticamente un Dios. ¿A cambio? Un sacrificio a los demonios. Algo que él ame. La banda del halcón.
El cielo se vuelve negro. En la piel de los que le han ayudado a escapar se graban marcas que atraen a monstruosos seres antropófagos. Y una torre de de cadáveres asciende por el cielo para culminar en lo que parece la forma de una mano. La mano del diablo. Los otros quieren presenciar el nacimiento del quinto miembro.
Durante la ceremonia, Guts verá como toda la que fue su banda es masacrada y devorada, él se verá obligado a cortarse su brazo izquierdo para intentar salvar a Casca, y verá como a ésta la viola Griffith una vez renace como demonio. Eso sí, cuando todo parece terminar un misterioso jinete que también parece un demonio los saca de allí.
Y es así, con Guts habiendo perdido el brazo, con una marca en el cuello que atrae demonios y Casca en estado autista sin reconocer a nadie ni poder hablar, empieza propiamente el manga: Una lucha infatigable del protagonista para no sucumbir a su sino, matar a Griffith y curar a la mujer a la que ama.

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